Entrevista | Preguntar No Es Delito

Entrevista a uno de los miembros de Preguntar No Es Delito

Un nuevo caso de montaje policial donde casi termina con 42 años de cárcel

Hace ya unos cuantos años, en 2014, vimos como nuevamente un simple acto de protesta como cualquier otro que suceden habitualmente contra diferentes personajes públicos. Se acaba convirtiendo en un juicio con acusaciones desproporcionadas, ya sea para justificarse los propios cuerpos policiales o para buscar poner una condena ejemplar para asustar. En Cantabria sucedió esto cuando unos jóvenes por un simple escrache se vieron ante una posible condena de 42 años de prisión entre todos, nuevamente por un montaje policial. Donde los propios agentes ocultaron pruebas y manipularon declaraciones.

Aquí tenéis a una de las personas acusadas en el montaje policial por haber protestado en defensa de la educación pública y contra el Presidente de Cantabria. Donde nos cuenta todo lo sucedido.

Acto en apoyo a Preguntar No Es Delito
1. El caso Preguntar No es Delito empezó cuando el Presidente de Cantabria, Ignacio Diego, fue a la Universidad. ¿Qué pasó ese día?

G – Los hechos sucedieron el 17 de febrero de 2014 en la Universidad de Cantabria. Ese día se había programado un acto por el Consejo de Estudiantes en la universidad, denominado “Tengo una pregunta para usted”. Se planteaba como un acto público donde cualquier persona podía acudir para trasladarle sus preguntas al invitado, y ese día, acudió el Presidente de Cantabria.
Los problemas comienzan cuando la seguridad del campus deniega la entrada a algunas personas sin aportar ningún tipo de explicación, pero si permiten la entrada de otros asistentes. Esta situación genera indignación entre los congregados y durante el acto permanecimos en el exterior coreando consignas con la finalidad de que sean escuchadas en el interior.
Nosotros nos encontrábamos en la salida principal y al observar a través de una cristalera que el Presidente y su comitiva se dirigían hacia otro lugar, supimos que iban a salir por la puerta trasera. Bajamos por el exterior del edificio y llegamos a la salida trasera antes que ellos por el interior del inmueble. Cuando salieron por la puerta el Presidente, el Jefe de Gabinete y dos escoltas los jóvenes sacamos una pancarta que decía “Educación pública nada para la privada”. Los escoltas resultaron ser policías nacionales, aunque nosotros pensamos que eran miembros de seguridad privada, ya que no se encontraban uniformados. En este momento se corearon consignas políticas en favor de la educación pública y contrarias al Partido Popular. Asimismo, durante el trayecto de las autoridades a los vehículos se produjo la confrontación entre los asistentes y los escoltas, y como resultado, se produjeron agresiones por parte de los agentes. Esta leve confrontación fue la que utilizaron posteriormente para llevarnos a juicio. No obstante, el presidente y su comitiva abandonaron el lugar -en dos coches- en unos doce segundos.
Los escoltas se quedaron después de que el Presidente se fuera, parece que a modo de “parapeto”, y se desarrolló un episodio de tensión donde nosotros increpamos a los escoltas por las agresiones que habían cometido contra dos personas. Finalmente llega la policía nacional y al solicitarles que se identifique al escolta que cometió las agresiones la policía se niega. En cambio, es la policía nacional la que nos pide a nosotros nuestras identificaciones, aunque finalmente no se toman los datos de ningún asistente. Cabe destacar que los acontecimientos sucedidos durante la protesta fueron grabados por un compañero con un teléfono móvil.

2. ¿Qué tenía de diferente el hecho de que el Presidente de Cantabria acudiese a la Universidad? ¿Por qué decidisteis ir allí a protestar?

G – Para nosotros era importante hacer ver que el Presidente de Cantabria y máximo dirigente del PP en la región no era bien recibido en la Universidad pública, una institución que en ese momento estaba sufriendo los recortes presupuestarios más duros de la crisis y cuya mercantilización era uno de los objetivos a medio plazo de la burguesía, todo ello recogido en el Plan Bolonia y el Plan Universidad 2020, así como en distintos informes de entidades no universitarias como el Círculo de Empresarios, y con la reación de universidades privadas en Cantabria como la Universidad Europea del Atlántico. Todo ello máxime cuando el PP era el partido del Gobierno a nivel nacional e impulsor de cuantiosas medidas antiobreras en los más diversos e importantes ámbitos, no sólo en Educación.

3. Vosotros en un primer momento ¿supisteis que os iban a denunciar o pasó después? ¿De qué os acusaban?

G – Nosotros nos enteramos de que habíamos sido denunciados por la prensa, que rápidamente se hizo eco de la noticia. A la mañana siguiente del suceso tuvimos en el Parlamento de Cantabria una moción del PP que invitaba a todos los grupos políticos a condenar la violencia que nosotros habíamos ejercido sobre el presidente y la policía.
En un primer momento se nos llamó a declarar durante la fase de instrucción del juicio. Esta es una primera fase en la que el juez instructor determina si hay suficientes indicios para mandar a los acusados a juicio y con qué delitos. En esa fase declaramos los 9 imputados de Preguntar No Es Delito, dos periodistas como testigos nuestros, los tres escoltas (policías) del presidente y su Jefe de Gabinete. Tras escuchar únicamente la versión policial y acusar literalmente a nuestros testigos de mentir, los delitos que nos imputa el juez fueron: desórdenes públicos (art. 557.1 CP) o coacciones (172.1 CP), atentado agravado del 550.1 y 551.2, falta continuada contra el orden público (art. 634) o falta continuada de injurias y amenazas (art. 620.2) y un delito de daños agravados (263.1 y 263.2). Llegando a un total de cuarenta y dos años si se aplicaban las penas máximas a los nueve imputados. En el auto que realizó el juez instructor se nos consideraba como un grupo organizado cuyas tareas se encontraban perfectamente distribuidas, que se había juntado con la finalidad de alterar el orden público. Afirma que queríamos impedir que el Presidente saliera del recinto imposibilitando su entrada al vehículo. Además, asegura que los imputados intentaron entrar en el coche con la intención de agredir al Presidente y que insultaron a los escoltas que quedaron rezagados. También se acusaba a un compañero de proferir patadas contra el vehículo causando daños en el mismo, y se llega a aseverar que nuestra intención en todo momento fue la de “agredir al Presidente”.

4. Sobre la denuncia surgen muchas dudas desde donde sale. ¿Os denunció la Universidad, la policía o el presidente?

G – A nosotros nos denuncia la policía y el Gobierno de Cantabria se personó también como acusación. El debate surgió en el momento en el que la sociedad cántabra se solidarizó con nosotros a la vista de los vídeos y de la movilización social que habíamos conseguido, ya que entonces el Presidente quiso “quedar bien” de cara a la prensa y negó que participase como acusación particular. Pero lo hizo, es un hecho objetivo y fácilmente demostrable pues evidentemente hay registros de ello en los documentos del procedimiento judicial. La Universidad como institución lo único que hizo fue ponerse de costado, pero las concentraciones que realizamos en su seno fueron muy apoyadas por alumnos y profesores que nos conocían a los imputados y sabían de la desproporción y la falsedad de las acusaciones policiales. De hecho, un profesor mío de la Facultad de Ciencias fue nuestro portavoz en una rueda de prensa que hicimos en la propia Universidad.

5. Tras esto, ¿qué hicieron las distintas organizaciones de vuestro territorio sobre el tema?

G – Varios de nosotros pertenecíamos en aquel momento a organizaciones políticas. Yo era, y sigo siendo, militante del Partido Comunista de los Pueblos de España, otros compañeros pertenecían a la CNT, a Podemos o Cantabria No Se Vende. De hecho, la filiación a Podemos de este compañero fue utilizada en contra de ese partido por la prensa.
Se hicieron muchos actos que contaron con el apoyo de estas organizaciones. Desde charlas, concentraciones, fiestas y conciertos solidarios hasta una Huelga en Educación a nivel de Cantabria apoyada por los principales sindicatos de profesorado y de estudiantes. No obstante, cabe destacar que éramos nosotros desde la plataforma Preguntar No Es Delito los que organizábamos y movíamos las principales acciones y los actos que se llevaban a cabo, mientras que las organizaciones nos aportaban todo su apoyo. Un agradecimiento especial de mi parte al PCPE de Cantabria por el incondicional apoyo material y económico que me prestaron en esos momentos complicados. Un procedimiento judicial de estas características, que se alargó durante cuatro tediosos años, conlleva un alto coste tanto mental como económico.

6. ¿El juicio cómo fue y cómo acabó?

G – Tras la fase de instrucción el juez nos envía finalmente a juicio con los delitos anteriormente señalados. No obstante, existe un factor de vital importancia sin el cual seguramente nos hubiesen declarado culpables. Un día antes de la declaración del Presidente de Cantabria, Ignacio Diego, que fue llamado a declarar como testigo, un policía nacional deposita en el juzgado de instrucción que nos juzga un vídeo tomado desde una de las salas del Consejo de Estudiantes de la UC, en el cual se ve perfectamente claro el transcurso de los acontecimientos y cómo la versión policial es una gran mentira que en nada se corresponde con la realidad. Aquel video, cuya existencia nosotros desconocíamos y cuya aportación a las pruebas del juicio agradecemos enormemente a aquel policía nacional, fue empleado por nosotros para tanto mediáticamente como en sede judicial desmontar las mentiras de la policía y las acusaciones de la fiscalía y del juez instructor. Aquel vídeo fue la prueba que hizo que nos absolviesen, sin lugar a dudas.
El juicio fue una especie de juicio político en el cual el fiscal que nos acusaba se limitó a poner de relevancia nuestra militancia política y nuestra ideología, como si ser comunista, anarquista o de Podemos fuese ya un motivo casi suficiente para que la jueza nos declarase culpables, mientras hacía caso omiso de nuestras declaraciones y repetía lo que la policía había declarado durante la instrucción.
Las declaraciones de los tres policías fueron demenciales, asegurando literalmente que fue la acción más violenta que habían visto en su vida profesional. No les importaron los vídeos que desmentían de manera objetiva y sin lugar a dudas todo lo que ellos seguían aseverando. El Jefe de Gabinete aseguró que ya no se acordaba de nada e Ignacio Diego, el Presidente, vino a decir que nuestra actitud no fue pacífica, y reconocía en el juicio al miembro de Podemos como uno de los líderes de la acción, que casualidad. Finalmente, a la vista de los vídeos y de nuestras declaraciones a la jueza no le quedó más remedio que absolvernos. Eso sí, para maquillar el ridículo mayúsculo de toda aquella farsa, nos declaró culpables de unas faltas que ya habían prescrito. Mientras, justificó todas las mentiras y falsedades vertidas por la policía en un párrafo que hablaba sobre la subjetividad con la que cada individuo pudo vivir aquel momento. Nosotros lo llamábamos de otra manera: un montaje policial.

7. ¿Todo esto que consecuencias tuvo para las familias y para vosotros directamente?

G – Por un lado, tiene una lectura dura y triste. Fueron acusaciones muy serias que conllevaban penas de cárcel, antecedentes penales, etc… Evidentemente es una situación que a tus seres queridos les produce mucha aflicción por el qué pasará y porque son conscientes del montaje policial al que te enfrentas siendo tú la parte más débil, y que tienes todas las de perder. No puedo hablar por mis compañeros y compañeras, pero yo estuve siempre tranquilo, sabiendo que aquellas acusaciones no se podrían sustentar en un juicio. Todo lo que aprendimos, lo que vivimos juntos, lo que compartimos entre nosotros y con otros muchos compañeros y compañeras de multitud de organizaciones, familiares y amigos. Ha sido una experiencia muy enriquecedora de la que me llevo grandes recuerdos y una mochila llena de, principalmente, una gran solidaridad. Tengo mucho que agradecer a todas las personas que nos apoyaron. Creo que todos nos sentimos muy arropados y muy queridos durante aquellos cuatro años.
En este punto me gustaría hacer una mención especial al concepto de la Organización, con mayúsculas. Nosotros éramos nueve afectados, nueve personas que solas no teníamos nada que hacer, pero que juntas conseguimos ganar. Nos organizamos en torno a una plataforma, Preguntar No Es Delito, y nos movimos mucho para que la gente de Cantabria conociese nuestro caso. En la opinión mediática, pasamos de ser unos violentos a los que había que condenar a unos jóvenes de Cantabria que por protestar contra los recortes les querían meter en la cárcel. Y aquello fue fundamental. Pero también lo fue todas las horas que pasamos preparando el juicio, las declaraciones, la web, las campañas, si hacíamos la huelga, si montábamos algo en la Universidad, si acudíamos al Parlamento, las declaraciones de prensa, todo lo planificamos. Fueron muchas horas y mucho esfuerzo, pero mereció la pena.

8. ¿Cómo ves la libertad de expresión en España?

G – Yo veo la libertad de expresión en España como en casi todos los estados del mundo. Se respeta mientras lo que dices no suponga un problema para la clase dominante, y además es que no puede ser de otra forma. Por una parte, cuando uno hace determinados llamamientos o lanza algunas consignas que tengan la capacidad real de aglutinar gente para cambiar el sistema vigente, sabe a lo que se arriesga, sabe que va a tener que enfrentar la represión del que va a ser derribado y no quiere. Por otra parte, es cierto que la torpeza o la sagacidad de quien ostenta el poder hace que la misma expresión a veces conlleve represión y otras no. Es el caso del enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona u ofensa a los sentimientos religiosos. En un momento de paz social, donde estas expresiones no conllevan un cuestionamiento social amplio del sistema vigente, se pueden pasar por alto y defenderlas basándose en la libertad de expresión. Si el momento fuese de agudización de la lucha de clases, esas mismas expresiones y consignas serían perseguidas sin pudor. Y lo cierto es que es lo normal. Yo, por ejemplo, estoy en contra del delito de injurias a la Corona y a favor del delito de enaltecimiento del franquismo. Ambos son libertad de expresión, pero uno sirve a un fin y otro a otro. No creo en la libertad de expresión, ni en la mayoría de derechos y deberes como algo absoluto, sino como una herramienta que sirve en un momento concreto a un fin concreto.

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